Yo nunca he sido fanático de la playa. Hace un tiempo me había comprado un snorkel y unas patas para meterme al mar, pero solo los he usado una vez.

Hace unos meses empecé a nadar 2 veces por semana para hacer ejercicio, bajar de peso y pues mejorar mi condición física. Y viendo a mis amigos en Facebook haciendo aguas abiertas pues me enganché.

No fue si no hasta ayer, que finalmente me tiré al agua (literalmente), y me fui a entrenar a Playa Herradura con la gente de Agua Libre.

Desde el inicio fue una experiencia excelente. Nos quedamos de ver en el Parque España y de ahí salimos puntualmente a las 6am hacia Playa Herradura. Hicimos una parada para desayunar en Orotina (sorry por mi nutricionista, pero me fui con todo al pinto con huevo).

Al rededor de las ocho y media de la mañana llegamos a Playa Herradura y sin mucho protocolo arrancamos el entrenamiento con la charla previa con las medidas de seguridad y explicación de lo que se iba a hacer.

Estiramos y de una al mar. El oleaje estaba manejable y rápidamente estabamos fuera de la línea de las olas. El calentamiento consistía en llegar hasta una plataforma que los pescadores utilizan para hacer carnada y devolvernos hasta la mitad donde nos esperaba un kayak.

Yo no logré llegar hasta la plataforma. Era mi primera vez de nadar en serio en el mar y la distancia (unos 400m) me ganó psicológicamente. Mis pulsaciones andaban por los 170 (un toque alto ya que no había hecho mayor esfuerzo). El segundo kayak se me acercó y el instructor me preguntó como me sentía y al rato de hablar me dijo que me quedara tranquilo y esperara al resto de nadadores.

Luego de hacer unos ejercicios “cortos” de ahí en adelante había agarrado confianza y pude completar los siguientes ejercicios, aunque al final no pude hacer el fondo por una molestia en el tobillo izquierdo.

Fueron 3 horas extenuantes, pero maravillosas. Había aprendido mucho y había logrado romper mis propios límites en distancia pero aún más importante, los límites psicológicos. Me dí cuenta de que sí podía nadar distancias largas sin ocupar una orilla o carrilera.

Ahora voy a seguir entrenando fuerte en piscina, y ya tengo una idea más clara de lo que me espera en las competencias. Solo me queda esperar el siguiente entrenamiento en un mes y espero hacerlo mucho mejor.

Para la siguiente debo asegurarme muy bien de:

  1. Conseguir un buen bloqueador. También está la opción de una camiseta para surfear, pero solo sirve para entrenar, ya que está prohibido su uso en competencias.
  2. ¡Ponerme la vaselina! Ayer me la llevé de paseo y he ahí las consecuencias. Ando “chimado” de las axilas. Por dicha no me tope un agua mala tampoco.
  3. Poner mi hidratante y gels en el kayak. Para no tener que andar pidiendo hidratación “prestada”.
  4. Entrenar más.

Recomendadísimo a la gente que está nadando en piscina, entrarle a las aguas abiertas. Nadar en piscina no se compara con estar en el mar. Si bien aún no soy fan de la playa, me declaro adicto al mar.